Visualiza conmigo: estamos leyendo por enésima vez el libro favorito de nuestro Peque. Un libro francamente aburrido. Insustancial. De hecho, a ver si cuando se duerma lo pongo en la pila de libros para regalar… ay no, ¡pobrecito! Es su libro favorito. Mejor será que piense en cómo leer cuentos de manera más… ¿más qué?
¿Y si te digo que puedes convertir cualquier libro, por aburrido que sea, en una experiencia especial para ambos? Los libros están a nuestro servicio y al de nuestra relación con los niños. Podemos adaptarlos a la situación que sea. Ya sea para adquirir destrezas de lectoescritura, para ampliar vocabulario o para reforzar el vínculo, el libro es la mejor herramienta.
Pero empecemos por la base. Visualiza una tabla en la que un eje muestra la variación de interacción y el otro eje, el comentario que añadimos a la lectura. Así:

Lectura sin interacción ni comentario
En el nivel más básico, abajo a la izquierda, tenemos un formato muy clásico: el adulto lee según aparece en el libro y el niño escucha (¡o se distrae!). A muchos nos han leído así de pequeños. Es también común en clases, en cuentacuentos, o en otros contextos en los que el público es amplio. Quizá es por mi déficit de atención, pero como escuchante necesito un orador de mucho calibre para mantener la concentración durante la duración del relato.
Pero ciertos textos se prestan, desde luego. La poesía, por ejemplo se ha de leer con las menos interrupciones posibles. Las novelas de aventuras también tienen capítulos emocionantes en los que es mejor leer de corrido.
El libro de Gloria fuertes para niñas y niños

Mar Benegas
Nicolasa, ¿y tu casa?

Mar Pavón
La gallina Cocorina

Lectura con interacción y sin comentario
Si aumentamos la interacción tenemos casos en que el niño participa, por ejemplo eligiendo el libro, pasando las páginas o incluso leyendo a turnos o todo el tiempo. Muchas familias usan este método para que los Peques practiquen la lectura durante la primaria.
Otros libros «manipulables» dan mucho juego para este tipo de lectura. Aquellos que tienen solapas, lengüetas, o directamente piezas móviles y que son casi un juego de mesa se disfrutan mucho durante una lectura interactiva.
David Carter
¿Dónde está la cajita amarilla?

Patricia Geis
Un besito y ¡a dormir!

Camilla Reid
La comida de Lulú

Lectura con comentario y sin interacción
Arriba a la izquierda tenemos una lectura con mucho comentario pero sin interacción, o con muy poca. Este método es ideal para ampliar vocabulario. Podemos elegir obras en las que aparezca un vocabulario más elevado, o perteneciente a un ámbito concreto, y aprovechar para familiarizar al peque con los nuevos términos. O simplemente sin haberlo buscado, mientras leemos un libro surge una palabra nueva que explicamos al vuelo.
Para la crianza multilingüe este estilo es clave. Las conversaciones cotidianas tienen un vocabulario y un nivel gramatical muy reducido comparadas con el lenguaje de los libros. Así que procurando tener gran variedad de temáticas, con grandes dosis de paciencia y algo de investigación previa, podemos utilizar los libros para exponer al Peque a un lenguaje rico y variado.
Denou, Violeta
Teo va de compras

Almudena Grandes
Adiós, Martínez

mi primer libro de descubrimientos: Formas

Lectura con interacción y comentario
Por último, arriba a la derecha tenemos lecturas en las que tanto el lector como el escuchante participan y el contenido es parte de la participación. La lectura dialogada sería un tipo de lectura que se encuadra aquí.
Según varios estudios recientes, el uso activo del idioma es el mejor predictor de la adquisición del idioma minoritario, y por tanto del éxito en la crianza multilingüe. Es decir, cuánto contesta el peque en el idioma minoritario cuenta tanto o más que cómo o cuánto le hablamos nosotros (The Effects of Measures of Language Experience and Language Ability on Segmental Accuracy in Bilingual Children y What you hear and what you say: language performance in Spanish–English bilinguals).
De modo que crear ocasiones para la conversación es una parte importante de la educación bilingüe. Hace poco propuse unos cuantos trucos para incentivar el uso por parte del peque, todos ellos se pueden usar durante la lectura compartida.
Si me conoces un poco no te sorprenderá que recomiende para esta lectura libros silentes. Una imagen vale más que mil palabras y puede crear mil conversaciones según el nivel e interés del niño y lo que os llame la atención en cada momento.
Aaron Becker
Imagina

Philippe Lechermeier
Una biblia – antiguo testamento

Emma Giuliani
Egiptomanía

Explicación e interpretación – cómo leer cuentos conversando
En los estilos de lectura centrados en el comentario nos encontramos con explicación e interpretación. Es decir, podemos describir el texto o las ilustraciones, incluso completarlas con explicaciones adicionales, o podemos interpretar con conceptos no explícitos del libro («creo que está enfadado») o incluso totalmente ajenos («mira, se llama Ana como tu compañera de clase»). Es decir, la explicación se mantiene en el terreno objetivo (centrado en el objeto, el libro y la historia que relata) mientras que la interpretación se va a lo subjetivo (el sujeto, ya sea el niño o el adulto).
En los años de preescolar las interpretaciones de los peques, las que consideramos ocurrencias, son de lo mejor de la lectura compartida. Algo tan sencillo como «es como en el otro libro» o tan elaborado como «el gato busca a su mamá» son comentarios que me llenan de ternura y que me hacen parar la lectura en seco, y preguntar. Si mi Peque sigue hablando con su lengua de trapo, contándome lo que se le pasa por la cabeza, yo doy el libro por amortizado.
Así, la próxima vez que consideres echar a correr y no volver la vista atrás porque tu Peque quiere leer OTRA VEZ el mismo cuento, intenta darle otra vuelta y piensa en cómo leer cuentos aumentando la interacción o el comentario. Si el Peque no admite interrupciones, guarda tus observaciones o preguntas para el final de la lectura. Y sobre todo, recuerda que la lectura compartida es sobre todo prueba y fuente de amor. Disfrútala.
Porque si la experiencia es placentera para ambos, ambos querréis volver a leer juntos una y otra vez. Aunque sea siempre el mismo libro.