Ciertos libros se pueden leer sobre la marcha en otro idioma distinto al editado
Nos pasa a todos, ¿verdad? Vivas donde vivas, no siempre es posible o económico mantener una boyante biblioteca infantil en un idioma extranjero. Evidentemente, los libros locales son mucho más accesibles, sobre todo si tenemos a mano una biblioteca municipal bien surtida. El mercado de segunda mano rara vez ofrece buenos precios en otras lenguas que el inglés y el idioma local. Por no hablar de los casos en que los envíos a distancia y las aduanas dificultan compras o regalos del exterior.
Existen herramientas de bajo presupuesto para acceder a libros infantiles, pero una de las más accesibles es la denominada traducción a la vista: consiste en leer en voz alta un texto en un idioma distinto a aquel en que está impreso. Es decir, el traductor va leyendo en el idioma A (alemán en mi caso) y enunciando en voz alta en idioma B (castellano).
No es fácil: cierto es que hay cuentos con los que no se puede improvisar una traducción: unos cuentos de Gianni Rodari, un Principito, unas poesías tienen que ser leídas con pasión, sin tener que darle vueltas. A menudo hay que prepararse el vocabulario, o los giros de frase más complejos para que la lectura suene redonda. Pero son muchos los libros para más pequeños en los que se puede improvisar. Recordad que en muchos casos lo más importante es cómo leemos la historia y cómo la comentamos.
Libros silentes
Ya os he hablado de mi amor por los cuentos sin palabras aquí así que no me enrollo. Obviamente son los libros más fáciles de traducir simultáneamente por la sencilla razón de que ¡no hay texto! No nos dejemos asustar por la falta de guion. ¡A los peques les encanta improvisar!
Aprovecha para incentivar la conversación y dejar que el peque lleve la batuta en la lectura.
Referencia para peques
La ventaja de los libros de referencia para peques es que se pueden leer en otro idioma distinto con poca o ninguna preparación, según el nivel del vocabulario utilizado. Han alcanzado mucha popularidad recientemente, sospecho que porque los mayores también aprendemos mucho leyéndolos, pero no son tan abrumadores como los libros de referencia para adultos.
Podemos aprovechar esta lectura para expandir conocimientos en varios idiomas simultáneamente, o para completar conocimientos impartidos en la escuela.
Tienes más recomendaciones aquÍ: libros de animales para niños: obras de referencia.
Historias simples
A menudo, en las primeras historias para peques de unos 2 años, el lenguaje es tan sencillo, con frases cortas y vocabulario accesible, que prácticamente se pueden traducir a otro idioma distinto al del libro. Cuando el nivel sube un poco, la doctora Xiao-lei Wang recomienda poner las traducciones en post-its o reimprimir nuestras propias versiones.
Esta técnica puede servir con tantos libros maravillosos para los que todavía no hay traducción al castellano.
Libros en otro idioma en que la imagen lleva el peso
Aquí prácticamente volvemos al punto de los libros silentes. Me refiero a libros en los que la mayor parte del disfrute procede de las ilustraciones o fotografías y, aún leyendo el libro en nuestro idioma, se nos van los ojos a las imágenes.
Libros interactivos
Aquí combino dos categorías distintas de libros que no tienen mucho que ver, salvo que la gracia viene de las acciones que lleva a cabo el lector (o el peque, más bien). Por un lado, los libros con lengüetas, ruedas etc. Por otro lado los libros en los que se invita al niño a tocar, soplar, frotar el libro son ideales para leer en otro idioma.
¿Qué libros tenéis en casa que leáis en otro idioma que el que está impreso?