La mesita de cuentos

mesita de cuentos

Hoy os quiero hablar de la técnica de la mesita de cuentos, inspirada (¿o copiada sin ninguna vergüenza?) de la morning basket de Pam Barn Hill.

Con una obsesión por la literatura infantil como la que tenemos en casa, es fácil perderse entre todos los libros que llenan estanterías, se amontonan en los rincones, aparecen entre las sábanas… Y cuando hay demasiados libros, la reacción humana natural de un peque de 2 años es querer leer siempre el mismo. Llegó el momento en que decidí que Peque necesita poder elegir entre una pequeña y cuidada selección de cuentos, con rotación frecuente, variedad e incluyendo un par de súper favoritos para que no desconfíe. Sigue teniendo acceso a los demás libros en sus estanterías bajas, pero la mesita de cuentos está mucho más a mano.

¿Qué es una mesita de cuentos?

Por eso tenemos en un rincón del salón, colocada estratégicamente para que Peque no alcance a la tele, la típica mesa baja de Ikea, tan vieja que no me la querría nadie ni regalada. Colocamos los libros encima, en plano, donde Peque puede verlos fácilmente y escoger el que quiera leer. En nuestra mesita de cuentos suele caber una docena mal contada de libros. Una especie de morning basket, la herramienta de homeschooling, pero adaptado a nuestras circustancias.

Selección

La selección de libros para la mesita de cuentos está lejos de ser deliberada, pero sí que procuramos que tenga cierto equilibrio. Peque tiene sobre todo libros en castellano, así que es difícil que los idiomas tengan el mismo peso, pero sí que tiene que haber al menos un libro en cada uno de nuestros idiomas. Si tenemos algún libro nuevo, va de cabeza a la mesa. Además, es necesario incluir uno o dos favoritos, como decía arriba, para que Peque se acerque con la mente abierta. Y lo demás, libros desconocidos, por ejemplo de la biblioteca, o que no hayan recibido mucha atención recientemente.

Regularidad

Rotamos los contenidos de la mesita de cuentos a la vuelta de la biblioteca, cuando recibimos libros nuevos, o más o menos cada semana cuando veo que la cosa va decayendo. ¿Cómo sé que decae? Pues cuando Peque pide títulos que no están en la mesita, o no muestra mucho interés por mirar qué cuentos hay, o si pide siempre el mismo. Procuro darle plena libertad para elegir las primeras tres o cuatro lecturas, y al quinto libro sugiero yo un título.

Mesitas de cuentos especiales

Otro efecto secundario que se hizo aparente con el propio uso de la mesita es que se presta mucho a celebraciones familiares o religiosas, a marcar las estaciones del año o incluso a las necesidades lingüísticas del momento. Cuando la Peque cumplió años, la mesa se llenó de regalos. En otoño estaba cubierta de libros sobre la estación. Cuando la Peque mostró reticencias a hablar el idioma de Papá, la mayoría de los libros en la mesita estaban en este idioma.

Lo que empezó como un montón más de libros en la casa se ha convertido en el primer lugar al que acude Peque en busca de lecturas y para mí, la forma perfecta de darle variedad a la biblioteca sin abrumar.

¿Utilizáis vosotros técnicas parecidas para seleccionar libros?


3 respuestas a “La mesita de cuentos”

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