El otro día hablábamos de maneras de implicar al Peque en la lectura compartida, empezando por la forma más básica, la de que el niño pase las páginas. El poder de marcar el ritmo ya es una manera de involucrarse que muchos niños, antes de aprender a leer, aprecian. Pero existen muchas otras formas de participar en la narración de un libro. Hoy hablamos de los libros que ofrecen una experiencia… algo distinta.
¿Qué es un libro? En principio, el libro no es más que el soporte que contiene un texto escrito. Pero aquí tengo 20 libros interactivos que desafían esta definición de una manera u otra. Son todos formatos e historias muy distintas, pero les une el hecho de que todos ellos le piden al lector algo más que leer. Pulsa aquí, levanta aquí, escucha esto.
Cuentos para morder y estrujar
En torno al año, lenguaje y la motricidad dan un salto repentino en el niño. Y todo lo quiere tocar (y chupar) y empieza a decir sus primeras palabras. ¿A que es un momento ideal para hacerle una montaña de libros para que los muerda?
Los muerde y también experimenta sensaciones que en nuestro mundo tan higiénico no están al alcance de cualquier bebé: texturas, olores, sonidos, música.
Cuentos con solapas
Pero la motricidad fina no es lo único que se practica con estos libros. Los niños muy pequeños tienen muy poco poder de decisión (aunque a veces nos parezca lo contrario!). Los libros interactivos con piezas manipulables les permiten liderar la lectura. Elegir en qué partes del libro centrarse. Decidir como sigue la historia.
Así, las solapas son parte de la historia y el niño no necesita saber leer para participar de la narración. Todos estos son ya clásicos o casi clásicos de los cuentos con solapas y lengüetas.
Libros de narración interactiva
De este modo, el niño es protagonista de la lectura. «Un libro» de Tullet no avanza al menos que el niño pulse, dé palmas o sople. Los personajes que se separan del libro en «Un besito y a dormir» interactúan con el Peque y hasta entre ellos con la nueva narrativa que desarrolla el niño. ¡Al galope! y Rescate animal sorprenden al lector con cada movimiento de la página, haciendo la simple acción de pasar la página parte del relato.
Libros-juguete
Algunos libros interactivos proponen una experiencia tan física que a penas se diferencian de los otros juguetes del cuarto del Peque. Son figuras o puzles que juegan con el límite de lo que es un juguete y lo que es un libro.

Cada personaje es una pieza de cartón que se lava los dientes con su cepillo de cartón, lee un cuento (de cartón), etc.
La experiencia táctil aplicada a la enseñanza
La educación Montessori capitaliza este gusto del niño por la experiencia táctil y lo aplica al aprendizaje en todos los ámbitos. Lo que muchos niños aprenden de un texto leído o escuchado, los niños de escuelas Montessori lo aprenden tocando, oliendo, escuchando sus sonidos. Son especialmente conocidos los alfabetos de lija y móviles, pero la metodología Montessori no se queda ahí.
Aquí traigo unos libros interactivos para aprender las formas, el alfabeto o conocer el océano en las que el niño tiene que usar las manos para usar el libro. Atención: son meras aproximaciones al método Montessori, no candidatos para remplazar o imitar el método.
El lector en el centro de los libros interactivos
Cuál es el siguiente paso? Las aventuras interactivas que muchos recordamos de nuestra infancia, como elige tu propia aventura. Qué debería hacer Dani es como un cajón de arena en el que el niño tiene sus mismas opciones que en la vida real pero las consecuencias son inmediatas y… es muy fácil volver a empezar. ¿Y qué me decís de Los Combisaurios y Familiarium, en los que el lector crea el relato a su manera?
Todas estas experiencias no tienen por qué limitarse a la primera infancia: cada vez hay más esfuerzos por hacer la lectura más multidimensional. Libros maravillosos como El Cielo, El sueño de oro o El lago de los cisnes.
En resumen, algunos libros rompen las barreras del soporte para texto y ofrecen una experiencia mucho más variada: táctil, auditiva, o permitiendo al lector participar del relato de otras formas más allá de la simple lectura. Son cuentos-juguete, libros manipulables, sigue tu propia aventura o libros que invitan al lector a participar.
¿Os gustan en casa? Yo confieso que pasé muchos años renegando, asegurando que la verdadera experiencia con profundidad es la lectura de un gran texto. Pensaba que de alguna manera, ampliar la experiencia le restaría profundidad. Pensaba que era solo para niños muy pequeños. Pero libros como El Cielo me están haciendo cambiar de opinión.