A nadie que eche un vistazo a la sección infantil de una librería se le escapa que las rimas y la poesía para niños son mucho más abundantes que en las demás secciones. Es un hecho: una gran parte de la literatura infantil es rimada.
Pero, ¿por qué?
¿Cómo viven los niños la poesía?
«¿Qué necesidad hay?» oigo preguntar a muchos adultos. «¿Por qué son las rimas tan simplonas y carentes de gracia?» preguntan otros. «Todo un libro para un solo poema, ¡vaya tomadura de pelo» se queja más de uno. Y sí, todos estos comentarios salen directos de las reseñas de los clientes en Amazon.
La respuesta a todas las anteriores es la misma: los niños no experimentan la poesía igual que los adultos. (Por ejemplo: un estudio reciente concluyó que los niños recuerdan las rimas mejor que los adultos). Para nosotros, que ya hemos asimilado el lenguaje como parte de nuestro pensamiento y nuestro ser, las palabras entran como significados. Para los niños que están adquiriendo el lenguaje, las palabras son significantes, es decir, combinaciones de sonidos que, para ellos, puede que signifiquen algo, o puede que todavía no.
Cuanto más pequeños, más se fijan en el aspecto sonoro del lenguaje. Es parte del proceso de adquisición de la lengua.
¿Por qué leer poesía para niños?
Vamos a ver como los niños adquieren el lenguaje mediante tres recursos poéticos: las rimas, las jitanjáforas y las metáforas.
Rimas
Las rimas crean un ritmo mediante la repetición de ciertos sonidos. Así, el niño sabe esperar el sonido al final del verso e identificar sonidos de distintas palabras. Esta capacidad de identificar sonidos se llama conciencia fonológica y es crucial no solo para adquirir el lenguaje, sino también para aprender la lectoescritura más adelante.
Además de servir para adquirir el idioma, esta predictibilidad de las rimas permite al niño participar de la lectura aun antes de saber siquiera hablar. De este modo, el Peque se involucra, presta más atención y adquiere más vocabulario, incluso a edades bastante avanzadas.
Plasticidad del lenguaje
La poesía no es solo textos rimados. Es una manera innovadora de usar el lenguaje más allá de sus cauces típicos para conseguir comunicar conceptos nuevos o muy personales.
Por ejemplo, las jitanjáforas o palabras inventadas de la gran Mar Benegas: «Los pasagentos se acosientan en sus calípedos» (puedes encontrar el libro, Con el ojo de la i, más abajo en esta entrada). Aun siendo palabras inexistentes, la gracia reside en estirar el idioma hasta que sea casi, pero no del todo, incomprensible.
¿Por qué recomiendo leer muchas jintanjáforas con los niños? Porque adquirir un idioma significa hacerlo propio, y ¿qué mejor manera de hacer un idioma propio que maleándolo, estrujándolo y dándole la forma que a uno más le guste?
Si las jitanjáforas son un ejercicio de manipulación de los significantes (de la parte sonora o escrita de las palabras), las metáforas son la manipulación de los significados (de la parte conceptual de la palabra).
Los Peques usan metáforas naturalmente porque es un recurso muy útil cuando no se conoce el término exacto. La poesía les ayuda a afinar este lenguaje y a usarlo dentro y fuera de la poesía.
Un lenguaje nuevo para los sentimientos
Mucho se dice que la poesía es el lenguaje para los sentimientos. Es también un camino para entenderse a uno mismo a través del lenguaje poético de otros. ¿No vale la pena ofrecer este lenguaje nuevo a nuestros Peques?
Retahílas y canciones de cuna
No recuerdo la primera vez que le recité un poema o le canté una nana a mi Peque. Pero probablemente no lo hice por haber leído sobre sus ventajas (¡que son muchas! Como desarrollar la conciencia fonológica, conciencia morfológica adquirir la musicalidad del lenguaje…). Lo hice como expresión de mis sentimientos y por haber visto a otras madres amorosas hacerlo.
Desde antes del nacimiento, el Peque ya está creciendo en su relación con su lengua y las personas que la hablan. La clave son las personas, claro. Es la única razón por la que los bebés aprenden idiomas: por amor.
Amor y tradición son las clásicas retahílas y nanas. Estos son solo algunos ejemplos de ediciones recientes que destacan por su originalidad y ánimo de mantener la experiencia clásica y actual al mismo tiempo.
Elena Odriozola – El huevito
Este y otros libros de la misma autora están editados por Modernas El Embudo y son una preciosidad. De cartoné resistente para los más canijos y con unas ilustraciones adorables, son un éxito garantizado. Lo único que lamento es que no es exactamente la retahíla con la que crecí yo…
Estrella Ortiz – Luna Lunera
La colección Cántame un cuento de la editorial Libre Albedrío está disponible en tela y se dirige a los más pequeños. Sin texto, con ilustraciones de alto contraste para acompañar las nanas cantadas. Es una maravilla.
Marianne Dubuc – Un elefante se balanceaba
Una original versión de la conocida canción infantil. ¡Muy divertido!
Antonio Rubio y Federico Fernández – Aurelio
Graciosas rimas basadas en las vocales, y con unas ilustraciones que enamoran.
Nadia Budde – Uno, dos, tres, ¿qué ves?
Un éxito de masas en Alemania y una adaptación estelar de Xosé Ballesteros para España. Lo más divertido es dejar que el peque complete las rimas juzgando por la ilustración.
Jitanjáforas, lipogramas y otras formas de jugar con las palabras
Una de las primeras «palabras» de nuestra Peque fue «manga-pie». Significa pernera, claro. Pero nos gustó tanto que la hemos incorporado a nuestro acervo familiar.
Inventar palabras es solo una de las maneras en que los niños hacen propio el idioma que aprenden: manipulándolo como si fuera plastilina para adaptarlo a la necesidad del momento.
La poesía juega con el idioma como un niño y le puede enseñar al niño a jugar con el idioma de formas que aún no se le han ocurrido. Algunos de mis libros favoritos son los que usan el lenguaje a su antojo amasándolo y dándole la vuelta como a un calcetín. Le dicen al niño: «¡mira! el idioma es tuyo y puedes hacer con él lo que quieras».
Mar Benegas – Con el ojo de la i
Quién conoce la obra de Mar Benegas sabe la energía que transmiten sus libros y las ganas de bailar que dan sus rimas.
Este cuento es muy especial porque cada poema es distinto: un lipograma que solo usa la vocal «o», una catarata de esdrújulas reales o inventadas, o el maravilloso glíglico…
Imprescindible leerlo con humor y pasión como la autora aquí.
María Pascual de la Torre – Malacatú
Me encanta este cuento a tantos niveles… ¡me gusta que se pone del lado del niño ¡sin ninguna consideración para con el adulto que paga el libro!
Me encantan las ilustraciones que casi parecen un busca y encuentra.
Y me gustan sus jitanjáforas o rimas de palabras inventadas que van en escalada de página en página y le dan a la lectura en voz alta y compartida un buen rollo irresistible.
Juan Clemente y Aitana Carrasco – Tras, tras, cucutrás
Otro irreverente libro de versos con jitanjáforas y glíglicos para volverse loco. Hará falta un adulto muy especial que lea bien este libro.
Gran poesía para niños
¿Qué leeríamos si solo pudiéramos elegir tres tomos de poesía infantil? Aquí están mis propuestas.
María Elena Walsh – El reino del revés
Confieso con vergüenza que no conocí la obra de esta poeta hasta ya muy, muy adulta. ¡Qué lástima! ¡Qué poca poesía americana se lee en España!
El libro de Gloria Fuertes para niñas y niños
No hay lista de poesía para niños en español sin la gran, gran, gran Gloria Fuertes. La que hizo de jugar con el idioma deporte nacional.
El libro de Gianni Rodari – versos, cuentos y vida
De mi infancia recuerdo leer con verdadera obsesión el libro Cuentos por teléfono. Pero yo no sabía, ni probablemente me hubiera interesado, que Gianni Rodari también había escrito poesía. Imperdible.
Poesía para niños a la hora de la cama
La poesía se lee mejor cuando no estamos demasiado despiertos. Es una teoría mía, pero a ver, rebátemela. O si no, prueba a leer poesía justo antes de dormir. El momento perfecto para tener dulces sueños.
Y si quieres más recomendaciones, aquí tienes un buen puñado de libros infantiles para leer antes de dormir.
VV.AA. – Versos de buenas noches
Una compilación de poemas de varios autores contemporáneos. Para mí, un imprescindible.
Begoña Oro – Cuentos bonitos para quedarse fritos
Versos juguetones que, me da a mí, no van a darle sueño a nadie…
Carlos Reviejo – Versos para ir a dormir
Posiblemente el libro más tierno de esta lista. Sobre madres e hijas, y leer antes de dormir. Alguna vez se me ha hecho un nudo en la garganta leyéndolo.
Historias rimadas
¿Por qué hay tantas historias infantiles rimadas? Pues porque son muy efectivas.
Eso sí: en las traducciones, no vale cualquiera. Es más: muchas traducciones de cuentos rimados se cargan el libro entero. Por eso resalta aún más el gran trabajo de traductores como Xosé Ballesteros y Elena Gallo Krahe. Porque crean versiones maravillosas.
Rachel Bright – El lobezno perdido
Una palpitante historia que transmite emoción con rimas y potentes ilustraciones. A veces, hay que saber pedir ayuda, y entonces todo un zoo sabrá venir en socorro. ¡Y qué bien traduce Elena Gallo Krahe!
Julia Donaldson – El dragón Zog
Julia Donaldson es una grande de las historias rimadas y el dragón Zog es una de mis favoritas, probablemente porque la traduce otro grande de las miniletras, Roberto Aliaga. Y eso se nota.
Gracia Iglesias – ¡Qué jaleo, Timoteo!
Otra graciosa historia en la que las rimas vienen a realzar la diversión.
Grandes clásicos de la poesía en español
Y acabamos con tres grandes poemas editados con los niños en mente. ¡No son versiones! Son las ilustraciones y el ritmo pausado de un verso o dos por cada página los que las acerca al público infantil.
Francisco de Quevedo – Poema al Pedo
¿Sabíais que Quevedo era un bromista? Pues mira, aquí tienes la prueba.
Rubén Darío – Sonatina
¿Quién no conoce esta famosa poesía? Una versión con ilustraciones encantadoras. Un poco difícil de encontrar, eso sí…
Pablo Neruda – Oda a una estrella
El maravilloso texto de Neruda con las (¿osaré decir «igualmente»?) maravillosas ilustraciones de Elena Odriozola. Una preciosidad.
En resumen: la buena poesía y en general los textos rimados son un regalo para los Peques, ¡no dejes que se lo pierda! Busca sobre todo:
- la sonoridad del lenguaje
- los juegos con el idioma
- la expresión de sentimientos o ideas complejas
Existe buena poesía para todas las edades. Disfrútala a la hora de ir a la cama o a cualquier otro ratito del día. ¡Otra ventaja de la poesía es que se puede disfrutar a sorbitos pequeños!