¡Hola a todos y todas! Hoy os traigo un REGALAZO: una aportación de mi gran amiga Sofía, una guía Montessori de profesión y de vocación, sobre como apoyar el proceso de aprender a leer y escribir en casa. Quédate si quieres averiguar cuándo es la mejor edad para iniciar el proceso, como apoyar el aprendizaje en la escuela sin interferir, y sobre todo, cómo usar esos maravillosos materiales de Montessori. ¡Espero que os guste tanto como a mi!
Acompañar a nuestros hijos en la aventura de aprender a leer y escribir puede ser un proceso realmente gratificante. La habilidad de comunicación empieza desde el vientre materno y se desarrolla con mayor intensidad en los primeros 6 años de vida.
La teoría Montessori explica que la mente del infante (Mente absorbente) en los primeros años es una mente distinta a la del adulto, la cual posee periodos sensibles que facilitan al nuevo ser humano a adaptarse a su cultura.
La edad óptima para iniciar el proceso de leer y escribir en casa
La adquisición de la lectura y escritura según Maria Montessori aparece entre los 3 ½ a 4 años. De acuerdo a su teoría y observaciones, ese momento en la vida es la edad óptima para adquirir el lenguaje escrito y la lectura ya que el niño presenta una necesidad psíquica para entender el lenguaje escrito.
En ningún otro momento en la vida del niño podrá adquirir estas herramientas con tanta facilidad. Imaginemos este periodo como una puerta que se abre por un momento, este lapso pueden ser semanas incluso meses, sin embargo una vez que la puerta se cierra adquirir estas habilidades le costará al niño mayor trabajo y tendrá que invertir mayor energía en el proceso.
En un ambiente preparado se observa que los niños comienzan a leer y escribir de manera tan natural así como cuando aprendieron a hablar.
La lectura total: un proceso largo
A su vez la adquisición de la lectura total, es un proceso largo en el que el niño refina y domina el lenguaje escrito en toda su complejidad. Por ejemplo cuando los niños logran entender metáforas, captan la intención del autor, entienden gramática compleja o las funciones de la palabra como el adjetivo, verbo etc.
Los niños que adquieren la lectura total antes de aproximados los 12 a 15 años tienen una mayor facilidad para interiorizar y el proceso es mucho más sencillo que si se quiere introducir esos conocimientos años más tarde.
El ambiente preparado

Es de gran utilidad que en cada uno de esos momento exista un ambiente preparado que satisfaga las necesidades psíquicas del niño. Pero ¿Cuál es ese ambiente preparado y cómo podemos crearlo?
Según Montessori un Ambiente preparado se compone de dos elementos: el adulto preparado y los materiales preparados.
El adulto preparado se caracteriza por:
- identificar y satisfacer las necesidades psíquicas durante los periodos sensibles de los niños,
- además de disponer los materiales adecuados de lenguaje oral y escrito,
- transmitir seguridad
- y promover la autoconfianza para que el pequeño se exprese y comunique.
Seguramente muchas de las acciones que mencioné las hacemos de manera espontánea. Otras tantas podemos introducirla a nuestros hijos con la mejor herramienta del aprendizaje: El juego.
El periodo sensible del lenguaje
A continuación encontrarás algunas actividades que puedes hacer con tus hijos durante el periodo sensible del lenguaje. Siguiendo a Montessori el periodo sensible del lenguaje se divide en tres momentos:
- Noción sensible
- Representación simbólica de los sonidos.
- Gramática
Primer momento: Noción sensible (desde que comienza a escuchar hasta los 3 años-4 años y medio)
En esta etapa la tarea como adulto es hablar en un tono, ritmo y velocidad adecuado. Las canciones, poemas y cuentos son de gran ayuda. Seguramente hacemos eso de manera natural pero es importante recordar que gracias a ello es que los niños adquieren la melodía del idioma, las pausas entre palabra y palabra, o los acentos prosódicos entre otros aspectos.
Durante esa etapa los niños aprenden palabras fáciles y difíciles con la misma facilidad, así que también es una buena idea sacar de tu repertorio científico unas cuantas palabrillas y utilizarlas de manera regular por ejemplo: paralelepípedo, triángulo equilátero, artrópodo, tentáculos etc.
Esto podría sonar más o menos así: – Hija dame el recipiente cilíndrico- (para referirme al bote de cereal ) etc. Lo sé, seguramente al inicio será un poco raro. Mi marido abría los ojos cada vez que decía ese tipo de cosas, pero tus hijos y su repertorio de vocabulario te lo agradecerán.
Como padres tenemos la gran tarea de darle el nombre a todas las cosas del mundo. Imaginemos una escena, nuestra hija pequeña señala un animal muy peludo, con cuatro patas, muy simpático por cierto y nosotros reaccionamos naturalmente diciendo – si mira, eso que señalas se llama perro- el perro-.
En este momento en particular es importante decir el nombre correcto de los objetos. En lugar de decir -mira el gua gua- sería mejor enriquecer su vocabulario diciendo: si eso que señalas se llama perro, es un perro labrador. Haz visto que precioso pelaje tiene. Es de color dorado.
Lo que estamos haciendo es ampliar su colección de palabras y/o temas. Y de esta manera con todos los objetos. Como padres, nos convertiremos en su primer narrador de historias, en un excelente descriptor de paisajes, por supuesto expertos en materia de biología y anatomía de los más pintorescos animalitos.
Lo ideal es que platiquemos lo más que se pueda con nuestros hijos canciones, rimas, diálogos, cuentos, entrevistas. Todo es bienvenido y marca una gran diferencia a la hora de aprender a leer y escribir en casa o en el colegio.
La representación simbólica de los sonidos
Después de que el lenguaje oral es lo bastante vasto y el niño tiene un poco más de tres años comenzamos el camino hacia el lenguaje escrito.
En este momento salta a la escena el ambiente preparado y los materiales Montessori diseñados para aprender a leer y escribir en casa o en el colegio. La metodología para la adquisición de la lectura y escritura en Montessori es analítico y fonético.
Esto quiere decir que se parte desde el sonido de la letra. Es importante mencionar que en sentido estricto de la palabra no se enseña a leer y escribir. Nuestra intervención se limita a colocar las herramientas necesarias para que los niños descubran y desarrollen esos conocimientos por sí mismos.
La tarea de la maestra (y/o padres) se convierte en preparar al niño para una gran exploración que conduce a la comunicación entre él mismo y otros, tanto vivos como muertos, en este país y en otros… Es una empresa muy diferente del hecho de enseñar simplemente a un niño a escribir y leer.
(Polk, 1977: 157)
Siguiendo a Montessori nuestros hijos tienen la posibilidad de aprender a leer y escribir aproximadamente a los cuatro años, sin embargo no se les debe de obligar a leer y escribir, debe de ser un proceso de descubrimiento hecho por el niño, estas conquistas se efectúan de manera natural en el momento de vida indicado.
Nuestro papel es proporcionar los recursos cuidadosamente creados para aprender a leer y escribir.
La conquista del lenguaje escrito aparece cuando las condiciones ambientales lo permiten, si nuestros hijos encuentran actividades que despierten su interés y desarrollen las habilidades necesarias para el control visomotor, manual y el refinamiento del oído para identificar los fonemas, entonces el impulso aparecerá.
El aprendizaje de las letras, la lectura y escritura en la primera Casa de los Niños Montessori ocurrió de forma espontánea:
La doctora Montessori no había tenido la intención de exponer a niños tan pequeños a actividades relacionadas con la escritura y lectura. Sin embargo, las madres iletradas empezaron a suplicarle que lo hiciera. Finalmente les dio a los niños de cuatro y cinco años algunas letras hechas con papel de lija para que las manipularan y las recorrieran con sus dedos […] Eventualmente, algunos empezaron a conectar los sonidos con las letras, y a tratar de pronunciar y de armar palabras. Muy pronto ellos mismos se enseñaron a escribir.
(Montessori, 1982: 209).
No podemos controlar el momento exacto en el que nuestros hijos tendrán el interés por leer, pues es un aspecto personal y, por lo tanto, diferenciado en cada uno; lo que sí es posible hacer es una observación constante para identificar sus necesidades psíquicas y preparar el ambiente externo. Todo el ambiente debe poseer el lenguaje escrito de la misma manera que el niño se encuentra constantemente involucrado en el lenguaje oral partiendo del sonido de las letras.
“Las presentaciones Montessori tienen una secuencia lógica que parte del fonema, pues el nombre de las letras no le servía de nada a un chico de tres años”.
(Polk, 1977: 209)
Montessori destinó algunos ejercicios para el desarrollo de las habilidades motrices, intelectuales y emocionales que intervienen en los actos de la lectura y escritura. Tres son los aspectos claves a considerar respecto al lenguaje.
La autoconfianza como primer elemento que está íntimamente ligada a la construcción de su personalidad. Aunque este aspecto no está relacionado con la parte técnica de la enseñanza de las letras, es uno de los tres pilares más importantes que se deben considerar.
El segundo elemento es el enriquecimiento de vocabulario que está ligado a las tendencias de exploración y adaptación a su ambiente. La capacidad que tienen los niños de aumentar el número de palabras en tan corto tiempo nos muestra la riqueza que tiene la mente del niño pues de un número aproximado de 20 a 50 palabras que produce al año y medio, pasa a 6,000 palabras aproximadamente a la edad de 6 años (Boeree, 2003).
El tercer elemento es el lenguaje escrito que hace posible continuar con la cultura a través del tiempo. Además, permite que el conocimiento de otras culturas se transmita, así como todos los aspectos de la cultura y el mundo que se pueden imaginar. El lenguaje escrito debe de tener un significado en común, pues sin éste la función de la escritura como transmisor de comunicación no funcionaría.
¿Qué te ha parecido? vuelve la semana que viene para entrar en detalle sobre los materiales y las técnicas.
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